La Fe y la Obediencia

 Veremos en cuanto a la Fé y la Obediencia como son esenciales en la vida de todo creyente. Por lo cual podemos ser probados por nuestra Fé. Isaac siendo apenas un adolescente, el hijo de la promesa del viejo Abraham, fue pedido en sacrificio por Dios. Si, el único hijo debería ser sacrificado Al Señor.

La promesa de tener un hijo 

Abraham ya era viejo cuando recibió la promesa de Dios de que sería padre de una gran Nación (Gn 12.2; 15:5). Sara, su esposa, no podía tener hijos, era estéril y también avanzada de edad (Gn 16:1). Pero, El Señor hizo una promesa a su siervo Abraham y aunque Sara, algunas veces, desacreditaba la potente mano de Dios, que hace cosas imposibles, El Señor cumplir cada una de las palabras referidas a Abraham (Gn 21:2-3) 

La alegría del nacimiento de un hijo finalmente había llegado a la casa de Sara, su felicidad era inmensa, pues ella jamás había tenido un bebé en toda su vida. 

Usted también es un hijo de promesa, sabía eso? Con certeza Dios trazo un plan e hizo una promesa con tu vida para que vinieses a este mundo. Crea, porque al igual que Isaac usted delante de Dios, es un hijo de Promesa. 


Pedido en sacrificio

Llega un momento en esta historia en que El Señor pide algo inesperado a Abraham. Isaac era un hijo tan cuidado, ya querido, amado, y ahora, estaba siendo pedido en sacrificio por el propio Dios. Un poco complicado de entender, no es cierto? Cómo Dios hace una promesa de dar un hijo, y después, El mismo pide ese hijo para ser muerto en sacrificio? Más Dios siempre sabe lo que hace o pide. 

Imagíne usted, el corazón del viejo Abraham, en esa hora, debería estar apretado, angustiado y en pedazos. Su mayor tesoro sería entregado a muerte porque Dios lo estaba pidiendo en Sacrificio a Abraham. Cómo El le diría estas cosas a Sara, su esposa? 

Isaac sería sacrificado tan joven, su vida sería interrumpida precozmente, pero, ni un momento, Abraham cuestionó a Dios por ese pedido, y tampoco lo negó. El viejo padre tenía plena confianza en su Dios y sabía que El cumpliría su promesa de alguna forma. Por más difíciles que sean los "sacrificios", es por medio de ellos que El Señor perfecciona nuestra Fé. Aquí Abraham estaba siendo probado en todos los sentidos. Nosotros también seremos probados por Dios a lo largo de nuestra vida, y con certeza, deberemos hacer algunos "sacrificios"



Obediente, no cuestiona

Por la madrugada, Abraham se levantó con su hijo Isaac; Juntamente con algunos siervos, y tomaron los elementos para el holocausto (Gn 22:3). El estaba diferente esta vez, no era como en otras ocasiones que iban juntos a ofrecer sacrificio a Dios. Callado, mirando a lo lejos, tal vez con las manos temblorosas, más caminaban hacia el lugar que Dios mostraría. En esa hora no entendía algunas cosas, tampoco cuestionaba nada. El silencio fue roto cuando el niño percibió que algo estaba faltando para el sacrificio: Isaac pregunto ¿Tenemos leña para el fuego, más el cordero para el holocausto dónde está? (Gn 22:7). Con certeza, en este momento el corazón del viejo Abraham se estremeció, más dijo confiando "Dios provera" (Gn 22:8). Esa fue la respuesta. Cuando finalmente llegaron al lugar del sacrificio, Abraham comenzó los preparativos, emparejo el altar, acomodo la leña, preparo el fuego y amarro a Isaac. Que? Amarro a Isaac? Isaac se dejó amarrar? Probablemente muchas cosas pasaban rapidamente por la mente del muchacho en esa hora, y Abraham lo coloco amarrado sobre el altar (Gn 22:9). Isaac no cuestionó, no grito, no peleó ni mucho menos intento uir. Aquí Isaac para nosotros es uno de los mayores ejemplos de sumicion y obediencia a la voluntad de Dios. El confiaba plenamente en su padre Abraham, quien a su vez confiaba profundamente en Dios. 


La plena confianza es recompenzada 


Cuando Abraham levanto en su mano el cuchillo, para inmolar a su propio hijo, se escucho una voz del cielo que decía: "Abraham, Abraham... No hagas eso a tu hijo, ahora se que temes a Dios..." (Gn 22:11-12). Imaginamos que Abraham abra desatado rápidamente a su hijo y lo abrazo bien fuerte, luego ambos adoraron a Dios. Abraham no negó en ningún momento a su único hijo, pues el patriarca tenía convicción en las promesas de Dios en su vida, así como Isaac, que aún siendo niño, confío y obedeció en todo a su padre y a Dios. Esa actitud honrada. Abraham levanto sus ojos y vio un cordero en medio de los arbustos, lo tomo en esa misma hora y lo ofreció a Dios en sacrificio en lugar de su hijo (Gn 22:13). Las promesas de Dios en la vida del viejo Abraham fueron más de una vez renovadas y confirmadas (Gn 22:15-18) por eso podemos confíar que El Señor recompensa a quien le es fiel.




Conclucion

Abraham confío en Dios con una fe única, tanto que fue llamado "padre de la Fe". Si observamos el capitulo 22, y versículo 5, el dijo a sus siervos antes de subir al sacrificio "esperen aquí, mi hijo y yo iremos adelante para adorar y volveremos". El tenía certeza de que no volvería solo, el tenía Fe que Isaac volvería con el. Dios probó la Fe de Abraham, e Isaac se mostró humilde, obediente y lleno de Fe también, ningún niño o joven se comportaría de esa forma delante de un padre de edad avanzada, pero Isaac sabía de la importancia de un sacrificio cuando era requerido por el propio Dios. 

















Comentarios

Entradas más populares de este blog

Fiesta del día del niño